Crítica Geografías

Eliana Simonetti: Desechos Pintados.

 

WALDEMAR SOMMER
Críticas
El Mercurio

Inventado por el cubismo, el collage consiste en pegar papeles u otros materiales sobre la superficie de un cuadro. A la inversa, decollage es descubrir nuevas superficies, despegando pedazos de las distintas capas de afiches de propaganda callejera que el uso superpone en la gran ciudad. Nuestra compatriota Eliana Simonetti, en cambio, va más allá del ejemplo del italiano Rotella y, años después, de cierto período del alemán Vostell, puesto que con esos restos arrancados de la muralla urbana pinta sus actuales obras inscritas más bien dentro de la abstracción informalista. Los resultados -en su totalidad de 2016- podemos apreciarlos en Artium, galería de arte superficialmente adaptada en una casa de avenida Nueva Costanera. Mediante las tiras de avisos -a menudo conservan sus textos impresos-, sometidas a distintas medidas, cortadas, pintadas, pegadas en los soportes respectivos y cuya funcionalidad con ello desaparece, nos propone fundamentalmente tres clases de trabajos. Así, de acuerdo con el ordenamiento del papel, tenemos las ejecuciones dominadas ya por la dirección vertical, ya por el sentido horizontal, ya por el circular. Estas últimas, además, ostentan texturas profundas propias del material, lo cual las acerca al relieve. Al contrario, sí por completo relieve mural resulta el conjunto de láminas movibles en diferentes formatos cuadrados, «Archivo de barrio». Aspas de un gran círculo abierto constituyen «Las vueltas de la vida» y las marcadas superficies de «Enjambres» -incluye tubos de cartón-, mientras el algo más plano «Túmulo» se ofrece circular, pero dentro de un rectángulo.

Respecto al acá capital factor cromático, en general sus acordes lucen mejor a través de las obras, cuyos elementos se hallan dominados claramente por la línea recta. Destaquemos de esta clase «Rasguños», «Mil hojas» y el díptico «Geografías urbanas». Por su parte, provisto de una acertada coloración muy clara, «Estratos urbanos» juega con los cortes horizontales y verticales, a los que suma con gracia formal curvas y aglomeraciones sutiles de material. En cuanto a «Topografías», llega a evocar planos de ciudades. Mientras tanto, en el bonito efecto de manchas que provoca el grupo «Cuatro estaciones», brilla la realización provista del más adecuado de los rojos.

Quiroga en el MAVI

Pinturas sin acompañamiento alguno resulta el amplio conjunto que expone Alejandro Quiroga en los cuatro niveles inferiores del Museo de Artes Visuales. Continuando su línea creadora de las décadas más recientes, el paisaje vuelve a constituir su exclusivo personaje. Eso sí, si bien ahora el artista quizá se nos revela más realista, sus logros aparecen menos mantenidos que en su exposición anterior. Es probable que, en la actualidad, aquellos cuadros construidos a través de las tradicionales pequeñas pinceladas divididas concentren los atributos más atractivos para el espectador. En todo caso, cabría identificar dos tipos dentro de su verba paisajista: las visiones de una naturaleza donde no se divisa la intervención explotadora del hombre y las que dejan ver el comienzo de esa invasión llevada a cabo por la industrialización del campo. Entre los lienzos pertenecientes a esta segunda clase luce la amplitud de un par -nivel 6 del museo-, dominado por la horizontalidad y colocado por el montaje uno sobre el otro. Junto con complementarse admirablemente, en forma armoniosa contrastan sus coloridos respectivos. Agreguemos a los aciertos recién anotados, en los niveles 5 y en formato menor, dos visiones de panoramas, donde se sugiere presencia de aguas bajo la vasta extensión de cielos grandiosos; o de características parecidas, el río claramente protagónico dentro del nivel 4.

Más próximas a la producción anterior del pintor se sitúan las obras sobre soportes extensos que comentamos a continuación. Así, en el espacio inicial de la exhibición, descuellan el vigor y la tensión plástica exhalados por esa especie de delta al que escoltan, sobre el primer plano, recios árboles oscuros. Ellos llegan a conectar el cielo espacioso con el horizonte costero de luminoso límite rosado blancuzco. Sin embargo, el feliz cromatismo recién indicado no impide que arranques de color rosa perjudiquen a dos cuadros del nivel más bajo del MAVI. Dentro del mismo ámbito del comienzo, una pareja de grandes vistas andinas con la concurrencia avasalladora de nuestra cordillera del centro sur emerge, acaso, capaz de provocar efecto de empequeñecimiento en el observador. Para terminar, no podemos dejar de añadir la tela grande, con el tema de una cascada durante el momento del enfrentamiento entre noche y día y muy cercana al Quiroga de antes. Allí, la porción de la vegetación del entorno, reducida a poderosas sombras negras, alcanza una vitalidad que quisieran poseer otros productos de índole más realista.

GEOGRAFÍAS
Interesantes productos del decollage callejero de Eliana Simonetti Lugar: Galería Artium Fecha: hasta el 30 de septiembre Paisaje Alejandro Quiroga con pinturas numerosas y, en general, de una orientación más realista Lugar: MAVI Fecha: hasta el 12 de noviembre